El valor del asociado en la organización del sXXI

Ignatius,

El valor del asociado
En una organización moderna, el asociado, siempre gana.
Cuando un socio llama a la puerta de una asociación profesional, lo hace porque espera recibir múltiples contraprestaciones en forma de contenidos de valor, obtener servicios y productos altamente especializados o compartir nuevos escenarios de colaboración y generación de negocio con otros colegas o sectores afines. Si además, este asociado puede canalizar estas u otras contraprestaciones en un valor tangible para su actividad profesional, se mantendrá fiel a su organización para siempre.

Cuando el asociado guía el destino de la asociación La incorporación de un asociado no sólo es importante por el pago de la cuota de afiliación. Lo es sobretodo porque, su experiencia, es sin duda, la principal fuente de innovación y conocimiento para regir el destino de cualquier organización que aspire a ser reconocida como tal. Veamos por qué. Cada asociado, es un prescriptor de primer orden. El mejor comercial que pueda encontrar. Si la experiencia de los miembros de su agrupación es satisfactoria, el boca-oreja hará el resto. Además esto le evitará gastarse el dinero en costosas campañas de publicidad o complejas acciones de captación de nuevos asociados .

El socio, es un proveedor de feed-back que le permitirá orientar aspectos clave como saber qué cursos de formación debe contratar, qué tipo de servicios debe prestar, qué información debe seleccionar o qué productos debe ofrecer.

El asociado es también la máxima autoridad, puesto que sus demandas, sus necesidades, mostrarán el camino para fijar con exactitud la política de la organización, y anteponerse así, a las futuras demandas del colectivo.

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